Cada poro cobra vida al tacto de sus dedos e irreverentes, se erigen sobre mi piel dejando al descubierto las sensaciones y con ellos los sentimientos que emergen y se derraman por mis piernas. Su aliento me embriaga y me convierto en esa otra yo, que se oculta bajo el nombre y la ternura.
Y entonces se convierte en navegante de mi ser… Soy el océano y él un osado marinero que pretende sobrevivir a mi marea. Somos mar y arena, soy espuma y él es fuerza. Nos convertimos en tormenta y de mi corazón brota la esencia de mi ser…
Todo vibra, todo se mueve, todo cambia.
Soy el mar y él mi luna regente.
Me desintegro como la arcilla de la primera Eva y floto en medio del infinito, mientras transpiro a Lilith por los poros y las venas…
Shhh...
Mi espíritu vuelve.. Vuelve y se posa en sus labios devolviéndole el aliento prestado.
…Su pecho se convierte en la arena cálida que abraza mi piel.
El cielo vuelve a ser azul,
la luna me vuelve a cantar,
y el palpitar de su amor,
palpita aún en mis labios,
palpita aún en mi piel,
palpita en mi corazón,
como la primera vez.
Así es.
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